Vértesszőlősi Őstelep (Yacimiento Prehistórico de Vértesszőlős)

Vértesszőlősi Őstelep (Yacimiento Prehistórico de Vértesszőlős)
Vértesszőlősi Őstelep, Oroszlány: yacimiento arqueológico prehistórico en Hungría, famoso por fósiles de Homo heidelbergensis, herramientas de piedra y antiguos hogares con una antigüedad de 350.000 años.

Vértesszőlősi Őstelep es de esos lugares en Hungría que, incomprensiblemente, se le escapan a muchísimos viajeros, pese a su enorme relevancia. Escondido cerca de la localidad de Oroszlány, este yacimiento prehistórico no es una excavación cualquiera: es una ventana fascinante al mundo antiguo, un planazo para fans de la historia, curiosos de la ciencia y para cualquiera que se haya preguntado cómo era la vida hace cientos de miles de años. Si te apetece una excursión de un día con dosis iguales de aventura y aprendizaje, desempolva la curiosidad y ven a visitarlo.

El descubrimiento de Vértesszőlősi Őstelep se remonta a 1962, cuando un equipo de arqueólogos húngaros liderado por el legendario Vertes László comenzó a excavar en unas graveras a las afueras del pequeño pueblo de Vértesszőlős. Lo que salió a la luz fue alucinante: un tesoro de artefactos prehistóricos, herramientas de piedra, huesos de animales y, lo más intrigante, evidencias de habitación humana de la era de Homo heidelbergensis. Para que te hagas una idea, hablamos de presencia humana de entre 350.000 y 400.000 años atrás: el rastro más antiguo de asentamiento humano en Hungría.

La gran estrella es una calvaria parcial fosilizada (la parte superior del cráneo) y varias piezas dentales atribuidas a “Samu”, el habitante prehistórico más famoso de Hungría. En el museo puedes ver incluso una reconstrucción a tamaño real de Samu, para ponerle cara a aquella época remota. Impacta estar justo donde Samu vivió, cazó y talló herramientas de sílex y hueso. La conexión entre presente y pasado deja de ser abstracta: literalmente la tienes bajo los pies.

Pero Vértesszőlősi Őstelep es mucho más que huesos y rocas antiguas. El yacimiento está estratificado de historia: además de restos humanos, se han encontrado miles de útiles líticos y evidencias de hogares repetidos, de las señales más tempranas de fuego controlado en esta parte de Europa. El fuego no era solo calor o cocina; fue un punto de inflexión en la evolución humana. Su importancia es enorme: dominarlo transformó la dieta, la vida en comunidad e incluso la cognición. Impresiona estar en un lugar donde ocurrieron avances tan decisivos mucho antes de que existieran la escritura o las aldeas.

En el museo y las zonas al aire libre recorrerás un paisaje reconstruido con huellas fosilizadas, paneles sobre la caza prehistórica y demostraciones de cómo nuestros antepasados moldeaban su mundo. Es fácil perder la noción del tiempo mientras pasas de una muestra a otra, dándote cuenta de cuánto —y a la vez cuán poco— ha cambiado el viaje humano. Hay algo poético en mirar las suaves colinas e imaginar mamuts lanudos y bisontes antiguos pastando, mientras las personas trabajaban junto al curso prehistórico del Danubio. Es un turismo casi meditativo, muy distinto al bullicio de Budapest o el lago Balaton.

Uno de los puntos fuertes de Vértesszőlősi Őstelep es el aprendizaje práctico. El museo organiza con frecuencia programas familiares y talleres para todas las edades: desde demostraciones de talla de herramientas hasta pequeñas búsquedas de fósiles junto al cauce. Incluso sin peques, es fácil que acabes arremangándote para probar artesanías primitivas o vivir la emoción de encontrar lascas de sílex en la tierra. El equipo es súper apasionado y cercano: más que turista, te sientes parte del equipo arqueológico por un ratito.

Remata la visita con un paseo por el pueblo de Vértesszőlős. Las lomas bajas y los senderos del bosque cercano invitan a la calma, y el paisaje parece susurrar ecos del pasado. En algunas tabernas locales verás guiños a Samu, y el orgullo discreto del pueblo por su lugar en la historia humana se respira en todas partes. Si te apetece alargar, la zona de Oroszlány está llena de rutas, colinas ondulantes y antiguos pueblos mineros: te da para un día completo o incluso un finde.

Para quienes buscan un destino fuera del radar, Vértesszőlősi Őstelep es un imprescindible por su mezcla de atmósfera prehistórica, importancia científica e irresistible misterio. No es solo una colección de huesos en vitrinas: es un lugar que te conecta —literalmente— con las raíces profundas de la humanidad en Hungría. En un país famoso por sus castillos y balnearios, este parque arqueológico tranquilo ofrece una aventura distinta: a la vez terrenal y reveladora, de esas que te dejan pensando, aunque sea un momento, cómo te apañarías para tallar un hacha con hueso de mamut.

  • En Vértesszőlős se hallaron huellas y fósiles de “Samu”, un Homo heidelbergensis de unos 350.000 años. László Vértes, arqueólogo húngaro, lideró las excavaciones emblemáticas en los años 60.


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