El 27 de noviembre, Budapest celebra el 140 cumpleaños de Lajos Tihanyi con una gran retrospectiva dedicada a un modernista indómito que forjó un lenguaje visual único desde el silencio. Casi doscientas obras —sus pinturas y gráficos más importantes, además de objetos de su legado personal— anclan la trayectoria de una vida que ayudó a moldear el Expresionismo húngaro y la vanguardia. Tihanyi, que perdió la audición en la infancia, levantó una voz inconfundible con pintura: armonías de color audaces, pincelada escultórica y formas abreviadas que no se quedan quietas. Autodidacta y sin concesiones, se convirtió en figura central de los Nyolcak (Los Ocho) y en uno de los pintores húngaros más originales del siglo XX.
Guías y visitas: cuándo, dónde, cómo
La exposición se celebra en 1014 Budapest, Plaza de San Jorge (Szent György tér) 2, con visitas guiadas a partir del 27 de noviembre, 16:00–17:00. Las visitas requieren entrada para la exposición temporal y entrada de programa a 15 $. Duración: 60 minutos. Aforo: 17 personas. Punto de encuentro: mostrador de información.
Fechas adicionales:
– 2025.12.06. 15:00–16:00
– 2025.12.11. 16:00–17:00
– 2025.12.21. 11:00–12:00
– 2025.12.27. 11:00–12:00
– 2025.12.30. 11:00–12:00
– 2026.01.09. 16:00–17:00
– 2026.01.11. 15:00–16:00
– 2026.01.17. 15:00–16:00
TIHANYI 140: La comisaria en la sala
El 28 de noviembre, 16:00–17:00, la comisaria Mariann Gergely conduce un recorrido que rastrea cómo el arte de Tihanyi —conocido en Hungría sobre todo a través de reproducciones en blanco y negro hasta los años 70— por fin volvió a casa. Su legado realizó un viaje dramático desde París hasta la Galería Nacional Húngara hace cincuenta y cinco años, desbloqueando un corpus vibrante que durante mucho tiempo quedó amortiguado en reproducción.
La vida de Tihanyi estuvo marcada por una catástrofe personal: una meningitis a los once años le dejó sordo; su voz se deformó, hablar le resultaba difícil, y leía los labios. Se saltó las academias y construyó un estilo modelado por una manera radicalmente individual de ver. De joven en Nagybánya (Baia Mare) se movió entre pintores y escritores y, para 1918, ya tenía una individual con el círculo MA (Hoy) de Kassák. En el invierno de 1919 emigró y no volvió: vivió en Viena, Berlín, París y luego Nueva York, antes de regresar a París en los años 30.
Sus retratos son la columna vertebral de su legado: no solo de luminarias húngaras —Lajos Kassák, Lajos Fülep, Endre Ady, Mihály Babits, Józsi Jenő Tersánszky, Dezső Kosztolányi, Pál Pátzay, György Bölöni— sino también de figuras internacionales como Ivan Goll, Diego Rivera, Tristan Tzara, Marinetti y Brassaï. La crítica a menudo comparó su intensidad expresiva con la de Oskar Kokoschka. En sus últimos años, se adentró en la abstracción; en 1932 se incorporó al grupo Abstraction‑Création. Entrada general: 74 $; reducida: 42 $. Aforo: 17. Punto de encuentro: planta baja, acceso a la exposición. Entradas online y en taquilla, por orden de llegada.
La persona detrás de la paleta
El 12 de diciembre, 16:00–17:00, el historiador del arte Gergely Barki propone una visita poco convencional centrada en el carácter y el lienzo. Tihanyi fue social pese a su pérdida de audición y sus dificultades de habla —rodeado de amigos y, naturalmente, de enemigos—, pero vivió esencialmente solo. Nunca formó una pareja estable; más allá de su discapacidad, probablemente influyó su temperamento difícil. Lo que nunca flaqueó: la honestidad y la coherencia en cada relación. ¿Cómo se refleja eso en la obra? ¿Moldearon sus vínculos personales sus pinturas? Barki promete respuestas —y, probablemente, más preguntas. Entrada general: 74 $; reducida: 42 $. Aforo: 17.
Nota: Imagen bajo la protección de derechos de autor del Museo de Bellas Artes.
2025, adminboss





