Cada viernes por la tarde y sábado por la mañana, el rabino Slomó Köves desgrana la parashá semanal con gafas de filosofía judía en la Sinagoga de Óbuda. La serie, La porción semanal en el espejo de la filosofía judía, convierte un texto milenario en charla viva: abierta, afilada y fiel a la tradición con mente contemporánea. El ambiente es íntimo, el tono muy acogedor y el ritmo constante: un punto de encuentro donde las ideas se hacen comunidad al cierre de la semana y a las puertas del Shabat.
La Sinagoga de Óbuda está en 1036 Budapest, Lajos utca 163. Si te gusta organizarte, las sesiones continúan durante noviembre con fechas ya fijadas para 2025.11.07 y 2025.11.08 en Budapest, y de nuevo el 2025.11.14 y 2025.11.15, con más por anunciar a medida que avanza la temporada. La organización se reserva el derecho de modificar horarios y programa, así que ojo a las actualizaciones. ¿Dudas? Están abiertos a ayudarte: hay contacto disponible, además de consejos sobre horarios, alojamiento y dónde comer o tomar algo cerca.
Dónde dormir: del sosiego junto al río a opciones para estudiantes
Si te montas un finde completo, Óbuda y el norte de Budapest sorprenden por variedad: pensiones familiares, hoteles wellness a orillas del Danubio y hostels económicos entre barrios arbolados.
Una pensión familiar muy simpática con 20 habitaciones está pegada a dos de los balnearios más bonitos de Budapest: Csillaghegy (Csillaghegyi fürdő) y la Playa de Római (Római Strand). Al norte del centro, un hotelito en zona ajardinada ofrece dobles cómodas y dos apartamentos. Baño privado con ducha o bañera, TV satélite y mini nevera, todo listo.
A pie del Danubio, en Római-part, hay un lugar que promete descanso con vistas y, además, funciona como espacio de eventos al aire libre. Te ayudan a planificar y ejecutar, y hasta llevan el Civil Exercise Club. Si buscas calma total, una pensión en Római-part está a unos 5 km de la Plaza Flórián (Flórián tér) y a 8 km del centro. Las dobles incluyen ducha, lavabo, WC, aire acondicionado, internet, línea telefónica interna, TV por cable y barra de bebidas. Extra: jardín, tenis cerca, playas y centros comerciales a mano, y todo el ambientazo del paseo de Római.
¿Capricho diferente? El único hotel con forma de barco en Hungría, Holiday Beach Budapest Wellness Hotel con Sauna Park, amarrado en plena naturaleza a orillas del Danubio. Piscinas, por supuesto. Wi‑Fi gratis, también. Con transporte público llegas al centro sin líos, y la parada de bus está a 3 minutos a pie.
Para paz total en la capital, el Hotel Noé se extiende en casi una hectárea ajardinada junto al río, con edificio principal de tres plantas y seis casitas de madera totalmente equipadas. Piensa en tomar el sol, hogueras y parking fácil, aire limpio y silencio lejos del ruido urbano.
¿Eres de lo práctico? Una pensión de estilo escandinavo queda a 20 minutos del centro y a 10 de Szentendre, la ciudad ribereña del arte. Habitaciones con baño privado, teléfono, TV color, barra de bebidas, parking seguro y jardín interior. Se llega fácil en coche, bus o tren suburbano HÉV.
También está el Külker Hostel, económico, de dos plantas y 26 habitaciones en la zona verde de Buda: ideal para viajeras solas y parejas, con parking gratuito delante. Y en verano (15 de julio–25 de agosto), el Albergue de Estudiantes Márton Áron abre con habitaciones de dos y tres camas, internet, canchas deportivas y zona de fogata. Hay descuentos para húngaros de fuera de frontera, grupos y estancias de más de 14 días.
Dónde comer: platos potentes, vistas al río y planes tardíos
La escena foodie de Óbuda es sólida y variada: cafeterías para un bocado rápido, restaurantes junto al Danubio para tardes largas y giros internacionales en espacios con rollo industrial.
Para empezar sencillo: un sitio de barrio sirve desde desayunos hasta cenas con cocina fresca y saludable a base de ingredientes naturales. En el Patio Flórián (Flórián Udvar), el Restaurante 39-esek (39-esek Étterme) trae un autoservicio nuevo a Óbuda: rápido sin renunciar a la comodidad.
Si te llama el Danubio, Hely Étterem en Római-part ofrece creaciones frescas, cócteles con chispa, música en vivo, panorámica brutal del río y un jardín enorme. La cocina viaja por el mundo con acento húngaro, buenos productos y técnica moderna. De los que no hay que perderse.
En una calle tranquila cerca de Római-part, otro local acogedor tiene 56 plazas dentro y, en verano, una terraza comodísima para 30. Luminoso y alegre, invita a todas las edades a pasar y relajarse. O hazlo espontáneo: si solo te apetece algo rico porque sí, un sitio informal cercano lo pone fácil: entra a comer o cenar cuando te pique el antojo.
Para un toque fino, el Apicius Restaurant del Aquincum Hotel Budapest reinterpreta clásicos húngaros y los marida con vinos top de regiones emblemáticas. Funciona tanto para comidas de negocios como privadas, con una carta que contenta paladares húngaros e internacionales.
¿Con antojo de comfort food? En Bécsiszelet Étterem, en la calle Dereglye (Dereglye utca), te espera un escalope vienés gigante que desborda el plato—y sí, es ternera auténtica.
Si hoy te tira lo mediterráneo, hay una cocina que va a tope con pastas frescas, muchas brasas y pizzas hechas totalmente a mano, cero máquinas. Los postres caseros siguen recetas e ingredientes italianos originales.
Para cenas grandes sin complicarte, un buffet resuelve el apuro entre semana con surtido generoso: entrantes, sopas, principales y, claro, postres. Perfecto para un capricho familiar cuando nadie quiere montar tres platos un martes.
Y para algo nuevo con carácter, la vieja fábrica textil Goldberger de Óbuda ahora alberga el último bistró de Buda. Cut & Barrel Bisztró mezcla influencias vascas y latinoamericanas en una cocina de contacto, con producto de temporada y técnica de alto nivel. La arquitectura impacta, la carta está pensada al detalle y el mensaje es claro: compartir mesa crea comunidad.
Planifica, llega, respira
Vengas por un estudio de Torá que te haga pensar con el rabino Köves o por la brisa del río y un buen plato, Óbuda te lo pone fácil y humano. Reserva cama, elige mesa, súbete al bus y deja que el viernes por la noche haga su magia: resetear la semana. Los organizadores pueden ajustar horarios y programa: mantén la flexibilidad y todo fluirá.
2025, adminboss
