Gödöllő no se toma ni un respiro: su agenda cultural va a toda máquina todo el año. Entre el Palacio Real de Gödöllő y la Casa de las Artes (Művészetek Háza) se encadenan recreaciones históricas, estrenos teatrales, chispa orquestal, días familiares y conciertos al aire libre. Hay talleres de museo para meter las manos en la historia, campamentos infantiles en verano y muchísima tradición envuelta en puestas en escena actuales. Esta temporada, el gran imán es un sueño luminoso: el Jardín de Luces de la Reina Isabel (Sisi) vuelve más grande que nunca, con una noria nueva que se impone sobre los jardines resplandecientes del palacio.
Finales de noviembre: leyendas, farsa y luz
El 22 de noviembre, el palacio acoge El hombre sin corazón: La leyenda Baradlay (Kőszívű, A Baradlay-legenda) en versión concierto, un musical que reinterpreta el clásico nacional de Mór Jókai. Ese mismo día, la Casa de las Artes (Művészetek Háza) ofrece dos propuestas bien distintas: Club Színház presenta Pandora (entradas 5,6 USD) y, para familias, Caperucita Holle (Holle anyó), todo un imprescindible invernal. Gödöllő se desliza hacia el 23 con Mozart y sus contemporáneos olvidados (Mozart elfeledett kortársai), un concierto de cámara de la Orquesta de Cámara de Budavár (Budavári Kamarazenekar) que desempolva joyas del entorno de Mozart, seguido de una comedia de puertas que vuelan: Boeing-Boeing – Aterrizaje en París (BOEING, BOEING – Leszállás Párizsban) (19,2–24,8 USD).
Jardín de Luces de la Reina Isabel: el gran “glow-up”
La estrella de la temporada abre por semanas: 17–23 nov, 24–30 nov, 1–7 dic, 8–14 dic, 15–21 dic, 22–23 dic, 26–30 dic, y ya en el nuevo año 1–11 ene, 12–18 ene, 19–25 ene y 26 ene–1 feb. Los jardines del palacio brillan con cientos de miles de luces y esculturas nuevas en cuatro temas: Música, Infancia, El jardín de Sisi y Barroco. Hay puntos interactivos de foto para los adictos al selfie, mientras historia y fantasía se mezclan bajo los árboles. La atracción estrella de este año es una noria gigante con vistas panorámicas del palacio y sus luces: un planazo para todas las edades que vuelve el invierno puro cine.
A la vuelta de noviembre: raíces musicales y sombras humanas
El 24 de noviembre, Somnakaj – Un musical gitano (Somnakaj – cigány musical) aterriza en la Casa de las Artes (Művészetek Háza), canalizando la herencia romaní con grandes voces y ritmos potentes. El 29 de noviembre se pone oscuro y atrevido con Bestias humanas (Emberi bestiák), una charla nada convencional que se asoma a la psicología de los asesinos en serie. Ese mismo día, las familias pueden cambiar el chip con Rumcajs y Manka (Rumcájsz és Manka), la entrañable pareja de la tradición infantil checa (4,2 USD).
Romance de fin de mes y magia palaciega
El 30 de noviembre llega Cartas de amor, un duelo a dos voces que vive —o muere— de la lectura afilada y la química (27,7 USD). Diciembre abre con nuevas fechas del Jardín de Luces, marcando el tono navideño entre LED y nostalgia.
Diciembre: Adviento, tambores y sonrisas grinch
El 6 de diciembre arranca el Club Infantil del Castillo (Kastélylurkók Klubja) en el palacio, con actividades para peques que mezclan cuentos y pequeñas aventuras. Ese mismo finde, 6–7 dic, los Días de Adviento en el Castillo (Adventi Kastélynapok) traen mercado y celebraciones al recinto real. El 7 de diciembre, El Grinch – El que robó la Navidad (Grincs – Aki elrabolta karácsonyt) desata la pillería cómica para peques y mayores (10,9 USD).
Estaciones en danza y calor a golpe de percusión
El 13 de diciembre viene cargadito: el Teatro de Danza de Gödöllő (Gödöllő Táncszínház) estrena Las cuatro estaciones (Négy évszak) en la Casa de las Artes (Művészetek Háza) (7 USD), llevando a Vivaldi al movimiento, mientras Talamba: ¡El beat sigue! – ¡Seguimos latiendo! (Talamba: The beat goes ON! – Dobbanunk tovább!) hace vibrar el techo con percusión virtuosa (19,2 USD). Los Días de Adviento en el Castillo regresan el 13–14 dic para un bis de encanto festivo.
Brillos jóvenes y voces enormes
El 15 de diciembre ilumina A LAUz del mes – Urban Verbunk Junior (A HÓnap fénye – Urban Verbunk Junior), una mirada juvenil a la danza húngara (10,9 USD), antes de que el Jardín de Luces retome su previa navideña. El 16 de diciembre, Las cuatro estaciones (Négy évszak) repite función (7 USD). Y llega el momentazo: el 18 de diciembre, Gala Virtuosos con Plácido Domingo (Virtuózok gála Placido Domingóval), noche de piel de gallina. El 20 de diciembre, doblete coral: el Concierto festivo del Coro Femenino Gödöllő Cavaletta y Noche estrellada (Csillagfényes éjjel) del Coro Mixto de la Ciudad de Gödöllő (5,6 USD).
Brillo navideño y cuentos de palacio
El Jardín de Luces se extiende el 22–23 y 26–30 de diciembre, espantando la modorra post-Navidad. El 28 de diciembre, Las Navidades de la Reina Isabel (Erzsébet királyné karácsonyai) invita a entrar en las fiestas de la reina, un vistazo histórico con detalles cortesanos, nostalgia y el susurro de satén a la luz de las velas.
Risas pre-Nochevieja y luego, salto
El 30 de diciembre hay doblete: Incluso un amante es demasiado, de Robin Hawdon (Szeretőből egy is sok), retuerce el enredo conyugal en pura comedia (27,7 USD), y el palacio recibe el Cabaré Pre-Nochevieja (Előszilveszteri Kabaré), un calentamiento con sketches y sátira bajo techos dorados.
Enero: la luz se queda y el misterio reparte
El Jardín de Luces hace el invierno más amable con tandas hasta mediados y finales de enero, cerrando el 1 de febrero. El 17 de enero, Damas en la baraja (Dámák a pakliban) en el palacio reparte crimen y comedia en un “whodunit” de cartas, el antídoto perfecto para las noches largas.
Info práctica
Los precios en USD son conversiones aproximadas desde HUF: Pandora (5,6 USD), Rumcajs y Manka (4,2 USD), Noche estrellada (5,6 USD), Talamba (19,2 USD), Boeing-Boeing (19,2–24,8 USD), Cartas de amor y Incluso un amante es demasiado (ambas 27,7 USD), El Grinch y La luz del mes (ambas 10,9 USD), Las cuatro estaciones (7 USD). El resto va desde la programación del palacio hasta galas de alto voltaje. El hilo conductor: Gödöllő se niega a hibernar. Entre el brillo del jardín de Sisi, las noches de gala y los clásicos para peques, aquí el invierno no tiene nada de gris.
